Historia del Nivel Secundario
En el año 1962 se inician las actividades específicas del Instituto Secundario con la finalidad de formar docentes católicos, creándose el INSTITUTO DE MARÍA INMACULADA
En 1975 cuando la formación docente de Nivel Primario pasa a ser competencia del Nivel Terciario, se crea el Profesorado para la Enseñanza Primaria.
En 1979 se amplía la oferta educativa de Nivel Terciario y se comienza a dictar la carrera de Profesorado de Dibujo y Pintura.
Como consecuencia inmediata de los procesos de transformación educativa, se inicia una propuesta educativa singular, a partir de la puesta en marcha del Plan de Estudio que permitía la formación de Docentes para el Nivel Primario y Nivel Inicial, en una oferta integrada. Es así como en 1983 se crea el Profesorado de Enseñanza Primaria y Preescolar.
Más adelante, y respondiendo a las necesidades del medio, el Nivel Terciario sigue ampliando su oferta educativa, es así como en 1992 se comienza a dictar la carrera de Técnico Superior en Comunicación Social.
Los aires propios de la Reforma Educativa, traen al contexto institucional nuevos desafíos. En el año 1991 cambia el Plan de Estudios de Nivel Medio y la titulación orientada a la formación docente -Bachiller con Orientación Docente (BOD)- es reemplazada por Bachiller con Capacitación Laboral: Auxiliar en Comunicación Social. Esta transformación implica la instalación de un gabinete específico dedicado a la filmación y edición, a la constitución de una radio escolar y la edición de un periódico de circulación interna.
Sin duda, los vertiginosos cambios en la legislación escolar y en la estructura del sistema educativo a partir de la Ley de Educación Federal, nos invitó a ser parte de la reforma educativa. La Ley Federal de Educación produjo grandes cambios en los planes de estudio, en los contenidos, en los enfoques metodológicos, en este contexto el instituto “de María Inmaculada” en todos sus niveles, resulta movilizado transformándose integralmente.
Conjuntamente, la congregación Religiosa presenta su Ideario congregacional para que todos los Institutos Educativos que dependen de ella, elaboren sus Proyectos Educativos Institucionales.
Es así como en 1995, se modifica la estructura organizativa del Nivel Primario, el cual comienza a estructurarse en ciclos: Primer Ciclo (EGB 1 primero, segundo y tercer grado) y Segundo Ciclo (EGB 2 cuarto, quinto y sexto grado). Seis años de Educación General Básica Obligatoria.
A partir de 1995 se pone en marcha el Ciclo Básico Unificado, (estructura educativa obligatoria) y el Ciclo de Especialización: Humanidades con Orientación en Ciencias Sociales y la práctica especializada en Comunicación Social. Nuestra institución decide seguir ofreciendo una formación dentro del área de las Ciencias Sociales.
La ley de Educación Nacional establece la obligatoriedad de la Escuela Secundaria, separada en Ciclo Básico para 1ro, 2do y 3er año y Ciclo Orientado para 4to, 5to y 6to Año, quedando para nuestra Institución el Bachiller Orientado en Ciencias Sociales y Humanidades.
EQUIPO DOCENTE
«Todos sabemos que las instituciones educativas no son solamente ladrillos, aulas, patios, espacios que pueden apreciarse en un recorrido. Las instituciones son fundamentalmente otra cosa. Son lo que vemos en ellas, lo que otros encuentran en la construcción, somos nosotros que al habitarlas le damos sentido. Son también y sobre todo lo que ocurre en ellas. Somos nosotros, en ese vínculo tan particular que define y delimita la relación con el otro y con el conocimiento. Somos nosotros con intencionalidad docente y son los otros, los alumnos, que desean que alguien les enseñe, como diría Derrida, a vivir bien».(Frigerio. Cara a cara.)
Que el equipo docente del Instituto de María Inmaculada, colabore en la evangelización de los alumnos, testimonien su vida cristiana y sean transmisores de la Verdad.
Sean poseedores del saber experto, con sólida formación académica y que sus prácticas pedagógicas se basen en el conocimiento profundo de sus alumnos y del saber a enseñar.
PERFIL DEL ALUMNO
Queremos que nuestros alumnos se identifiquen con Cristo y testimonien los valores evangélicos.
Procuren desarrollar su pensamiento crítico y creativo, y se transformen en protagonistas de su propia formación, orientados por docentes que así lo permitan.
Aquieran una sólida formación académica y personal que les permita un óptimo desempeño en otros niveles educativos y capacitación laboral.
Cultiven la capacidad para relacionar, interrogar, abstraer, experimentar, trabajar en equipo, colaborar, para poder actuar en un mundo cambiante, de avances tecnológicos que implican nuevos desafíos, basándose en la responsabilidad y la solidaridad.
La participación es el vehículo para el desarrollo de sentimientos de pertenencia, y es imprescindible el compromiso de los actores para llevar adelante el proyecto institucional estableciendo reglas que regulen los comportamientos para que éstos permitan la concreción de una tarea en común.